martes, 1 de junio de 2010

Quedamos para hablar


Dicen que estamos viviendo la era de las nuevas tecnologías y de las nuevas comunicaciones. Tecnología y comunicación caminan juntas en las cada vez más extendidas redes sociales: Tuenti, Facebook, Bebo,….Redes que los más jóvenes (en su mayoría) utilizan para satisfacer su necesidad de comunicación, su necesidad de contar y de que todo el mundo sepa qué ropa se van a poner para la fiesta, con quién van a salir el fin de semana o qué van a hacer cada minuto…

Los jóvenes necesitan plasmar cada uno de sus pensamientos y deseos en soporte tecnológico; se valen del teléfono móvil y de Internet para airear todo lo que pasa por sus cabezas (lo llamo monólogo exterior). Y así es que el lenguaje que utilizan está lleno de palabras sueltas sin conexión aparente, frases incompletas, abreviaturas, símbolos, etc.

Esta comunicación es muchas veces falsa, ficticia. Los usuarios suelen recurrir a la mentira e incluso suplantan su identidad para sorprender a sus comunicadores. La falta de autoestima, la falta de valor para mostrarse tal y como uno es se remienda con el uso de la comunicación tecnológica, que entre otras cosas es un “desinhibidor comunicativo”, comparable al consumo (en exceso) de alcohol u otras sustancias que además de ser adictivas, te ayudan a desinhibirte.

Paradójicamente, toda esta ansiedad de comunicación “virtual”, va en detrimento de la comunicación en términos generales. Si prestamos atención a los resultados de las pruebas de diagnóstico realizadas a nuestros alumnos observaremos que es precisamente en la comunicación donde fallan. No entienden lo que leen, no saben expresarse correctamente por escrito, tienen numerosas faltas de ortografía, etc. Y si hablamos de la comunicación oral ya no son sus faltas de expresión sino su vocabulario rico en palabras mal sonantes, insultos y vacío de contenido y de precisión.

Tal y como están las cosas en las clases y en el mundo en general, ahora y más que nunca necesitamos la comunicación cara a cara. Si quieres contarle algo a alguien queda con él o con ella o bien escríbele una carta. Todo sea por el romanticismo.

Antonia Villa González.

No hay comentarios:

Publicar un comentario