jueves, 23 de abril de 2015

Crucero por el Atlántico y el Mediterráneo: viaje final de curso de 4º de ESO



Uno año más, el viaje final de curso de los alumnos de 4º de ESO consistió en un Crucero por el Atlántico y el Mediterráneo, visitando ciudades como Málaga, Cádiz, Casablanca, Lisboa , Valencia y Barcelona. Dicho viaje lo realizamos los días del 23 al 29 de Marzo del presente año, siete días de aventura, diversión y convivencia.

Viajamos con la empresa Costa Cruceros, en el barco Costa Pacífica (año de construcción 2009). Fuimos 3.700 pasajeros de diferentes países, atendidos por más de 1.300 tripulantes.

Embarcamos en Málaga y nos fuimos, cruzando el estrecho de Gibraltar, a Casablanca. En esta hermosa ciudad, con más de cinco millones de habitantes y corazón económico de Marruecos visitamos la Mezquita de Hassan II, que es la segunda más grande del mundo después de la Meca, con un Minarete que reproduce la Giralda de Sevilla, pero mucho más alto (172 metros). También visitamos el Zoco, el puerto deportivo, los barrios nobles de la ciudad, el antiguo Palacio de Justicia,  el Palacio Real en el que se encontraba en esos momentos el monarca alauita Mohamed VI y la Catedral Católica de Notre Dame de Lourdes con sus enormes vidrieras. Otras costumbres, otra forma de ver la vida, otros olores y sabores… nos dieron la bienvenida y nos impresionaron sobremanera.

De Casablanca, cruzando de nuevo el estrecho, navegamos hasta Cádiz. ¿Qué decir de esta antigua ciudad?. Destacamos sobre todo su Catedral, sus calles, el ambiente, sus gentes que son las nuestras, el Oratorio de san Felipe Neri  (s. XVIII) donde las Cortes de Cádiz aprobaron la primera Constitución Española de 1812, conocida como la Pepa, y el Teatro Falla símbolo de los carnavales.

De Cádiz navegamos hasta nuestro vecino país de Portugal para visitar Lisboa (Portugal) y Estoril donde se encuentra uno de los casinos más famosos del mundo.  En Lisboa visitamos su monumento más emblemático, el Monasterio de los Jerónimos (s. XVI), que se construyó para celebrar el regreso de la India del famoso descubridor y explorador portugués Vasco de Gama. En su interior nos encontramos las tumbas de Vasco de Gama y del famoso escritor Luis de Camöes y en su claustro la tumba del gran poeta Fernando Pessoa. También visitamos: la famosa Torre de Belén (s. XVI) que sirvió como centro de recaudación de impuestos a todos los barcos que entraban en la ciudad; la conocida avioneta que cruzó por primera vez el Atlántico Sur en 1922, de Lisboa a Río de Janeiro; el monumento Homenaje a los Descubridores para conmemorar los 500 años de la muerte de Enrique el Navegante; su pequeño y viejo tranvía aún en funcionamiento y necesario para poder visitar los altos y empinados barrios de la ciudad.

Después de un día entero de navegación y tener la cena con el Capitán volvimos a desembarcar en Valencia, penúltimo día de crucero. La mar estaba espléndida, tranquila e inmensamente azul, daba gusto estar en cubierta disfrutando de la temperatura y de las vistas. En Valencia, la ciudad de las Artes y las Ciencias, nos montamos en una noria gigante, que se encontraba a orillas del puerto, para ver su majestuosidad y modernidad. Y de Valencia a Barcelona donde desembarcamos rápidamente para tomar el autobús de vuelta a casa. La vuelta fue rápida ya que el sueño se apoderó de nuestros cuerpos y así aún sintiendo el balanceo de las olas en nuestro interior hicimos el regreso sin pesadez.

Además de todo lo anterior hay que tener en cuenta todo lo que vivimos a bordo del barco: el teatro, la gastronomía amplia y variada, el atento servicio, los diferentes espectáculos, las cafeterías y bares con música en directo de diversos estilos, sus lujosas tiendas, la discoteca, su gimnasio, sus fotógrafos, sus restaurantes, todas las actividades que se recogían en el diario de a bordo… todo ello contribuyó para que la estancia en el barco nos fuera amena y divertida en todo momento.

Y llegamos al final… a pesar de los mareos, de algunas incomodidades, de la falta de sueño y otros problemas que nos cuesta ya recordar… creemos que el esfuerzo ha merecido la pena. Todo lo vivido y experimentado nos acompañará siempre… Esto es todo. El resto, que es mucho más, queda en nuestro recuerdo y memoria… CIAO, CIAO, CIAO.
Juan Manuel Rodríguez












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