Veinticuatro
de febrero, el salón de actos se llena de artefactos y cachivaches, de robots, puentes, molinos, vasos que suenan,
ilusiones, acertijos y mucho corazón, estas son las Ciencias en el Instituto
unidas en la II Feria
de las Ciencias del Arrabal.
Hagan juego, señoras y señores, jueguen con la lógica, tienen dos
premisas y una conclusión, ¿es verdadera o falsa? Preguntemos al robot que
nunca se choca, ¿tiene ojos? Sí, tiene ojos de infrarrojos y se mueve por el
laberinto como Pedro por su casa, otro robot no se sale de la raya, que gran
mérito, ¿verdad señores con bigote? ya, ya sé que me estáis proponiendo
acertijos que los resuelve un circuito, un ordenador, pero, vamos a ver, ¿se
puede o no se puede pasar por los siete puentes de Konisberg sin pasar dos
veces por el mismo? Es imposible, lo dice nada más y nada menos que la teoría
de grafos, que son flechitas que salen de puntos que van a otros puntos, pero
la maqueta es bonita con sus arbolitos y todo, ¿qué suena por ahí? Hay una
campana ¿De Gauss? Este Gauss aparece por donde menos te lo esperas. Un molino que
mueve el aire, unas placas que calienta el Sol, fuentes alternativas que nos
proporcionan energía gratuita.
¿Eres bello y armónico? ¿Tus medidas son proporcionadas? ¿Tú
cuerpo se ciñe a la divina proporción? ¿Tienes razón aúrea? No sé, depende, la realidad tiene varias caras y no sólo una como la banda de Moebiüs, me está entrando sed con tanta proporción, me dicen que hay una fuente por aquí cerca, ¿pero
esto que es? ¿Está la botella abajo y el agua sube por arriba? Cuántas
incógnitas me trae la Ciencia ,
me dicen que es la presión del aire la que mueve el agua, el agua empuja el
aire y el aire empuja el agua, mire usted, el gran Herón de Alejandría se lo
inventó. Y en este tenderete de aquí saben por cual ventana me voy a asomar,
saben lo que me va a salir en los dados, adivinan números, ¡éstos son magos!
¡magos de las matemáticas!
¿Pero que veo? Tienes un corazón en tus manos, chiquilla, sangre que
fluye por sus aurículas y ventrículos y tú me los enseñas, ¡cuántos años y
penalidades tuvo que pasar Miguel Servet para enseñar lo que tú me estás
contando ahora!, para ver lo que estoy viendo con mis propios ojos, ¿o mi vista
me engaña? Alguien juega con la luz, con los espejos, cosas que parecen lo que
no son, colores que se funden y prismas que descomponen la luz, Pink Floyd en
la cara oculta de la luna y un mensaje secreto encerrado en una imagen,
palabras que solo lee el iniciado gracias a los unos y los ceros, el alfabeto de dos letras del lenguaje de las
máquinas.
Vamos a relajarnos un poco, que por aquí hay unas maderitas, anda,
mira, estos hierros se me han liado,
¿los puedes separar? ¿Cómo es eso? Si no pueden salir, pero ¿en qué
berenjenales me estáis metiendo? Hay dos con una cuerda que se quieren separar
y no pueden, y mira que están dando vueltas, sí, que muy bien, que todo es
lógico, como las siete piezas del tangram, el juego chino de las figuras y de
la santa paciencia, pero por aquí me huele a chamusquina, ¿se está quemando
algo? Hay otro mensaje secreto escrito con el zumo de un limón, las palabras
desaparecen pero resucitan con el fuego que oxida el zumo y las letras ocultas
aparecen de nuevo, magia potagia.
Cuentan que a Pitágoras le gustaba la música y que para descansar
de hipotenusas y catetos se marcaba unas coplillas y que buscaba los sonidos usando
las fracciones en su universo de números, la nota Sol son dos tercios del Do y
el Fa son tres cuartos, vaya, vaya, que se está acercando la hora del recreo y
me está entrando hambre, están haciendo por ahí masa con harina, ¿son churros? Pues
no que es plastilina casera, así que me voy, y ¿quién te crees que me encuentro
al salir? pues con mi viejo amigo
icosaedro de veinte caras triangulares, treinta aristas de tubo de plástico y
doce vértices hechos de manguera amarilla, ya lo decía Euler, caras y vértices
son aristas más dos.
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