domingo, 15 de marzo de 2015

Muere la última palmera

Muere la última palmera.

La segunda palmera se nos acaba de morir. Sólo nos queda, igual que la primera, su tronco cortado y sus raíces secas que a modo de armazón sostienen por debajo de tierra nuestro Centro. Poco a poco se ha ido marchitando al mismo tiempo que despidiendo, fruto de la enfermedad de la plaga exótica y perforadora del picudo rojo; y así ha ido perdiendo lentamente su esbeltez indiscutible, su verdor natural y su altura soberana.

Dos fuertes y altas palmeras hermoseaban nuestro patio central. Las dos han sido testigos de muchas promociones de alumnos y alumnas que han forjado aquí su futuro. Las dos han estado impasibles en el tiempo, al igual como vinieron en silencio así también se han marchado. Cuántas fotos en el recuerdo las hacen aún revivir, pero es sólo eso en la memoria. Igual ocurrirá con nosotros los que hoy estamos en sus aulas, en sus pasillos y en sus patios, nos iremos y llegarán otros que sigan el gran proyecto de la educación. Porque eso es lo que queda:  el esfuerzo de todos  los que han formado y formamos esta comunidad educativa y entre todos vamos aportando a lo que también serán las futuras generaciones. Nosotros somos porque antes han sido otros que hicieron realidad este proyecto. Igual  que nuestras dos hermosas y verdes palmeras que aunque no estén físicamente si están  y seguirán estando en la vida de nuestro centro.

Juan Manuel Rodríguez






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