martes, 2 de junio de 2015

EN LAS MINAS DE RIOTINTO


En este caso a la segunda fue la vencida… Tras un intento fallido en el pasado curso, no desistimos y volvimos a intentarlo, esta vez con más suerte. En el Departamento de Inglés buscábamos una actividad con la que nuestros alumnos de 2º de la ESO pudieran entrar en contacto y disfrutar de la  cultura inglesa en nuestra propia comunidad. Y, ¿qué mejor sitio que el asentamiento que llevaron a cabo los británicos en nuestra vecina provincia de Huelva en el siglo XIX?
Desde un primer momento, la idea nos pareció atractiva ya que representaba un contacto real y no muy lejano en el tiempo con la cultura que enseñamos a nuestros alumnos. Era una manera de hacerles llegar, de forma motivadora para ellos, lo que solemos mostrar en las aulas. Además, esta visita nos permitía llevar a cabo un trabajo interdisciplinar con las materias de Ciencias Naturales y Tecnología. De hecho, aunque finalmente ninguno de nuestros compañeros vino a la excursión, les agradecemos mucho que desde sus clases nos ayudaran a preparar a nuestros alumnos para la visita al complejo minero. ¡Gracias!
Los alumnos, en general, recibieron la idea con bastante entusiasmo. Así que, intentando corresponderles con el mismo, dos compañeros del departamento de inglés (Gracia González  y Vicente Álvarez) y una servidora nos montamos en el autobús en la puerta del Arrabal a las 8 de la mañana el 10 de febrero camino de la localidad que vería explotar sus minas por una colonia británica.
He de decir que desde que llegué a este centro, hace ya tres años, estoy totalmente sorprendida y orgullosa por el buen comportamiento que nuestros alumnos suelen tener allá donde van. Como me gusta decir, ¡Qué buenos son nuestros niños! Y así pasaron un tranquilo viaje de ida hasta llegar las Minas de Riotinto. Ya en la entrada a la localidad les iban llamando la atención algunas “cosillas” como el cartel que daba la bienvenida a la ciudad decana del fútbol español. Ya empezaban, con ganas, su inmersión en la cultura inglesa.
La verdad es que desde el principio fue una excursión muy completa y bien organizada. Desde el museo minero, entrando en la recreación de la mina romana y el ferrocarril inglés, a la entrada al barrio victoriano, pasando por la visita a una de las minas y el recorrido en ferrocarril, nuestros alumnos iban disfrutando de todo el entorno y de todas las explicaciones que el guía (que era bastante competente), les iba ofreciendo. De hecho, las primeras explicaciones en el museo se las dieron en inglés. ¡Qué nivel!
Fue un día muy completo, en el que ellos aprendieron mucho sobre cómo los ingleses vivieron y explotaron esas minas tan lejanas de su Gran Bretaña natal. En todo momento, los “niños” estuvieron atentos y fueron preguntando muchas dudas que les iban surgiendo. Pudieron realizar muchas fotos (que ya sabemos lo que les gusta a ellos), y disfrutar del peculiar paisaje onubense.
Me gustaría señalar,  porque creo que es lo que más les llamó la atención, el color del Río Tinto, como su propio nombre indica. Disfrutaron de una completa explicación en el ferrocarril y tuvieron la oportunidad de bajar al mismo río y poder disfrutarlo. Personalmente, a mí me gustó mucho también ese momento ya que era la primera vez que veía las aguas “tintadas” del río. Además, muchos de ellos recogieron alguna muestra para realizar un trabajo que el profesor de Tecnología les había pedido. Como comenté antes, era una actividad bastante completa y realizada en coordinación con otros departamentos.
Decir que es una actividad que me gustaría repetir en los próximos cursos. Y eso ya dice bastante de lo satisfactoria que fue. Como he ido señalando, fue muy positiva porque los niños mostraron mucho interés y pasaron muy buenos momentos en este entorno tan distinto. Ni que decir tiene, me parece un “lujo” haber podido disfrutar de la explicación en inglés de un guía que, como persona originaria del lugar, les dio mucha información interesante. Y si se me permite mi opinión personal, decir que disfruté mucho. No sólo por ver cómo nuestros alumnos lo pasaban bien aprendiendo, sino también por haber podido conocer este lugar tan único y haber disfrutado del día con dos compañeros estupendos. (Pero, los gurumelos tan típicos de allí no estaban tan buenos, no?).
Final y personalmente, me quedo con la visita al barrio inglés y a la casa victoriana, que me hicieron sentir cerca de mis tan “queridas” cultura e historia inglesas.

Mª Noelia Moreno Bellido

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