miércoles, 12 de mayo de 2010

¡Qué me gusta ir a Gibrartar!







Este año hemos repetido la experiencia del año anterior; hemos ido a Gibraltar. El año pasado quedé encantada y este año no ha sido menos.

La visita turística a la ciudad ha sido muy gratificante. Subimos la roca en autocar con explicaciones de esos curiosos conductores-guías; visitamos la cueva de San Miguel y sus impresionantes formaciones rocosas, lugar donde se alberga un magnífico auditorio. También visitamos los túneles del Gran Asedio donde se escondían los cañones que defendieron al peñón de las tropas franco-españolas en el siglo XVIII y que se volvieron a utilizar en la Segunda Guerra Mundial. Hicimos una parada en el monumento a Hércules, punto considerado en tiempos como el fin del mundo y desde donde se divisan Marruecos y Algeciras.

Recorrimos su calle principal, con sus tiendas, con sus bares y con sus distintas parroquias. El cambio de la guardia en la casa del gobernador ( a menor escala que en Buckingham Palace) es curioso e interesante.

Y por último, no hay que olvidar la atracción turística del peñón, los monos. Existen cinco familias de primates que viven en estado semisalvaje y que están más que acostumbrados al contacto humano. Suelen acercarse, dan su bienvenida y se dejan fotografiar con los turistas.

Sin embargo, para mí lo más fascinante no ha sido la visita turística, sino la forma de hablar de los gibraltareños, su habla. ¡Es espectacular! Esa magnifica combinación del inglés y del español denominada Spanglish, me atrevería a decir “andanglish”, puesto que los llanitos hablan en inglés y en andaluz.¡Qué inglés y qué andaluz! Parece que los “roqueros” poseen dos chips lingüísticos que mezclan armoniosamente y de forma espontánea, como si nada…

Durante la visita estuve atenta a las conversaciones de varias personas en la calle, en bares, en tiendas,….Su lenguaje me sorprende mucho y es sin duda motivo de interés para los estudiosos de la lengua y de la comunicación humana.

Es el caso de una madre que le pregunta en español a su hija sobre el colegio y la hija le responde en inglés; o la conversación entre varios amigos en un bar donde el inglés y el español se mezclan en una misma frase. Es curioso y frecuente escuchar la palabra “ picha” o mejor ”pissha” para dirigirse a una persona y continuar hablando con una palabra en inglés ( “picha listen…”).

Fue muy gracioso escuchar a dos niños discutiendo en la calle con un inglés BBC y terminar la discusión con un rotundo “cohhone”! (con perdón).

Para nuestros alumnos ir a Gibraltar durante un solo día supone un pequeño gran contacto con la cultura británica, sus gentes, su lengua y sus costumbres,…¡y… sin salir de España!.




Antonia Villa González, profesora de inglés.






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