La
increíble frase: “Eurípides no te Sófocles que te Esquilo” es una de las más
ingeniosas, y está recomendada para recordar a los precursores de la tragedia griega.
Sí, la
tragedia griega no viene de ahora; sino que ya en el 500 antes de Cristo ya
daba sus coletazos, por mucho que los periódicos quieran echarle la culpa a sus
políticos corruptos, a los mercados y otros entes maquiavélicos.
Y como
es normal casi nadie llevaba ni gorra, ni agua ni nada. Y pese a que el dicho
popular dice: “abril, aguas mil”, lo que verdaderamente nos encontramos en
aquel abarrotado teatro fue: “abril, sol febril”. Pues a mediodía hacia una
calor sofocante que provocó que mi debut con respecto al teatro greco-latino
fuera escuchar a una chillona Atenea por las calles de Santiponce buscando agua
fresquita para todos nuestros pupilos.
Entre
tanto estrés térmico la obra de Sófocles sofoclaba cada vez más nuestro interés
por el espectáculo, estando más pendientes de beber agua, de coger postura
fresquita o de qué pasaba más allá del escenario con la hormigonera y los
operarios de la obra de remodelación.
De
todas formas, “el show debía continuar” y a un héroe Áyax que yacía solemnemente
muerto en medio del escena vino corriendo a socorrerlo Tecmesa, su mujer. Pero
como los dioses no estaban de su parte, esta mujer fue a dar con todas sus
delanteras y posaderas resbalando por la tarima del escenario. Esto como es lógico
provocó las risas de todo el respetable, ansioso porque aquello terminara
pronto o en su defecto, cogiera un rumbo un poquito más jovial. No pudo ser.
Total
que nadie murió de calor, pero todos aprendimos una importante lección: “Si vas
al teatro greco-latino a las 12 del mediodía hay que llevarse mínimo una gorra
y una buena neverita llena de refrescos…sobre todo, si vas a ver una de Sofocles,
que son las que más sofoco dan”.
Miguel Bohórquez. Profesor de Tecnología.
Que buenos recuerdos me trae esa frase, las hermanas del Santo Angel me la enseñaron y hoy dia con 50 años aun la recuerdo como si fuera ayer.
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