Un rayo de luna en cuarto
menguante, entraba por el ojo de buey del establo . Mientras Cándido apoyaba su
cabeza en la panza de Zeus, intentando leer con la tenue luz de la noche El
niño de las estrellas del reciente premio Nobel. Las patas de Zeus le recuerdan
los brazos de su madre cuando le abrazaba, aquella noche que tenia cuarenta de
fiebre. “Sentado en el cuerno de la luna llora sus penas. Recuerda la noche en
que se oye la sirena de los bomberos y a el le sacan en camilla tosiendo, medio
muerto intoxicado por el humo. En el coche funerario ve como se llevan los
ataúdes de sus padres. Desde su atalaya, Cándido, observa a los humanos con sus
lentes de empollón....... Ve como sale de casa humillado y triste, mientras se
escuchan las voces de doña Pérfida desde la cocina ESTRECHOooooooo,
ESTRECHOooooo sácame este niño de aquí , que se vaya al establo. No quiero
volver a verle. ¡Solo sabe comer y leer! ¿Y la cuadra quién la limpia?, que
ensille los caballos que vienen Perfidín y su novia. Puede ver como Candidito
sale corriendo hacia el establo vestido de harapos y andrajoso. Sintió lastima
de si mismo, recordando los días felices en que su madre le preparaba el
desayuno antes de ir al cole y las noches en que su padre le leía un capítulo
de El niño de las estrellas, antes de dormirse. También recuerda aquel día
en el hospital: …..Doctor nosotros nos hacemos cargo de el, le cuidaremos, le
alimentaremos y llevaremos a la escuela, afirma Doña Pérfida y Don Estrecho.
- Gracias, muchas gracias, respondió el doctor."
- Gracias, muchas gracias, respondió el doctor."
¡ -Candiditoo!, ¡Candidíinnnnn! Despierta
que ya es la hora de ir al Instituto. ¡Ya está en la parada el autobús del
Arrabal! ¿Pero que te pasa hijo mio? ¡Estas sudando! ¿Tienes fiebre? ¿Por qué
lloras? Lloro de alegría, mama. Había tenido una pesadilla. ¡Mamá esta almohada
es más dura que la pata de un caballo! ¡ Qué lenguajes usas niño! ¡ Levántate y
al cole! Hay que ver con estos niños, refunfuñó la madre.
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