martes, 29 de enero de 2013

CANDIDITO



Un rayo de luna en cuarto menguante, entraba por el ojo de buey del establo . Mientras Cándido apoyaba su cabeza en la panza de Zeus, intentando leer con la tenue luz de la noche El niño de las estrellas del reciente premio Nobel. Las patas de Zeus le recuerdan los brazos de su madre cuando le abrazaba, aquella noche que tenia cuarenta de fiebre. “Sentado en el cuerno de la luna llora sus penas. Recuerda la noche en que se oye la sirena de los bomberos y a el le sacan en camilla tosiendo, medio muerto intoxicado por el humo. En el coche funerario ve como se llevan los ataúdes de sus padres. Desde su atalaya, Cándido, observa a los humanos con sus lentes de empollón....... Ve como sale de casa humillado y triste, mientras se escuchan las voces de doña Pérfida desde la cocina ESTRECHOooooooo, ESTRECHOooooo sácame este niño de aquí , que se vaya al establo. No quiero volver a verle. ¡Solo sabe comer y leer! ¿Y la cuadra quién la limpia?, que ensille los caballos que vienen Perfidín y su novia. Puede ver como Candidito sale corriendo hacia el establo vestido de harapos y andrajoso. Sintió lastima de si mismo, recordando los días felices en que su madre le preparaba el desayuno antes de ir al cole y las noches en que su padre le leía un capítulo de El niño de las estrellas, antes de dormirse. También recuerda aquel día en el hospital: …..Doctor nosotros nos hacemos cargo de el, le cuidaremos, le alimentaremos y llevaremos a la escuela, afirma Doña Pérfida y Don Estrecho. 
 - Gracias, muchas gracias, respondió el doctor."
¡     -Candiditoo!, ¡Candidíinnnnn! Despierta que ya es la hora de ir al Instituto. ¡Ya está en la parada el autobús del Arrabal! ¿Pero que te pasa hijo mio? ¡Estas sudando! ¿Tienes fiebre? ¿Por qué lloras? Lloro de alegría, mama. Había tenido una pesadilla. ¡Mamá esta almohada es más dura que la pata de un caballo! ¡ Qué lenguajes usas niño! ¡ Levántate y al cole! Hay que ver con estos niños, refunfuñó la madre.

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