En este caso a la segunda fue la vencida… Tras un intento fallido en el pasado curso, no desistimos y volvimos a intentarlo, esta vez con más suerte. En el Departamento de Inglés buscábamos una actividad con la que nuestros alumnos de 2º de
Desde un
primer momento, la idea nos pareció atractiva ya que representaba un contacto
real y no muy lejano en el tiempo con la cultura que enseñamos a nuestros
alumnos. Era una manera de hacerles llegar, de forma motivadora para ellos, lo
que solemos mostrar en las aulas. Además, esta visita nos permitía llevar a
cabo un trabajo interdisciplinar con las materias de Ciencias Naturales y
Tecnología. De hecho, aunque finalmente ninguno de nuestros compañeros vino a
la excursión, les agradecemos mucho que desde sus clases nos ayudaran a
preparar a nuestros alumnos para la visita al complejo minero. ¡Gracias!
Los alumnos,
en general, recibieron la idea con bastante entusiasmo. Así que, intentando
corresponderles con el mismo, dos compañeros del departamento de inglés (Gracia
González y Vicente Álvarez) y una
servidora nos montamos en el autobús en la puerta del Arrabal a las 8 de la
mañana el 10 de febrero camino de la localidad que vería explotar sus minas por
una colonia británica.
He de decir
que desde que llegué a este centro, hace ya tres años, estoy totalmente
sorprendida y orgullosa por el buen comportamiento que nuestros alumnos suelen
tener allá donde van. Como me gusta decir, ¡Qué buenos son nuestros niños! Y
así pasaron un tranquilo viaje de ida hasta llegar las Minas de Riotinto. Ya en
la entrada a la localidad les iban llamando la atención algunas “cosillas” como
el cartel que daba la bienvenida a la ciudad decana del fútbol español. Ya
empezaban, con ganas, su inmersión en la cultura inglesa.
La verdad es
que desde el principio fue una excursión muy completa y bien organizada. Desde
el museo minero, entrando en la recreación de la mina romana y el ferrocarril
inglés, a la entrada al barrio victoriano, pasando por la visita a una de las
minas y el recorrido en ferrocarril, nuestros alumnos iban disfrutando de todo
el entorno y de todas las explicaciones que el guía (que era bastante
competente), les iba ofreciendo. De hecho, las primeras explicaciones en el
museo se las dieron en inglés. ¡Qué nivel!
Fue un día muy
completo, en el que ellos aprendieron mucho sobre cómo los ingleses vivieron y
explotaron esas minas tan lejanas de su Gran Bretaña natal. En todo momento,
los “niños” estuvieron atentos y fueron preguntando muchas dudas que les iban
surgiendo. Pudieron realizar muchas fotos (que ya sabemos lo que les gusta a
ellos), y disfrutar del peculiar paisaje onubense.
Me gustaría
señalar, porque creo que es lo que más
les llamó la atención, el color del Río Tinto, como su propio nombre indica.
Disfrutaron de una completa explicación en el ferrocarril y tuvieron la
oportunidad de bajar al mismo río y poder disfrutarlo. Personalmente, a mí me
gustó mucho también ese momento ya que era la primera vez que veía las aguas
“tintadas” del río. Además, muchos de ellos recogieron alguna muestra para realizar
un trabajo que el profesor de Tecnología les había pedido. Como comenté antes,
era una actividad bastante completa y realizada en coordinación con otros
departamentos.
Decir que es
una actividad que me gustaría repetir en los próximos cursos. Y eso ya dice
bastante de lo satisfactoria que fue. Como he ido señalando, fue muy positiva
porque los niños mostraron mucho interés y pasaron muy buenos momentos en este
entorno tan distinto. Ni que decir tiene, me parece un “lujo” haber podido
disfrutar de la explicación en inglés de un guía que, como persona originaria
del lugar, les dio mucha información interesante. Y si se me permite mi opinión
personal, decir que disfruté mucho. No sólo por ver cómo nuestros alumnos lo
pasaban bien aprendiendo, sino también por haber podido conocer este lugar tan
único y haber disfrutado del día con dos compañeros estupendos. (Pero, los
gurumelos tan típicos de allí no estaban tan buenos, no?).
Final y personalmente,
me quedo con la visita al barrio inglés y a la casa victoriana, que me hicieron
sentir cerca de mis tan “queridas” cultura e historia inglesas.
Mª Noelia Moreno
Bellido
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