domingo, 26 de abril de 2009

¡ABRE LOS OJOS!

(para que no se desgarre el corazón)

Aportado por Mª Isabel Rodríguez Macías y Mª del Alcor Bonilla Correa, de 1º GAA

Estas son tres historia anónimas ¿Realidad o pura ficción? ¡Qué importa! En muchas ocasiones la realidad, por desgracia, supera a la ficción.

MI AMOR, MI VIDA, MI…

Cuando la conocí por primera vez tenía 16 años,
fuimos presentados por un tío que decía ser mi amigo.
Fue un amor a primera vista, ella me enloqueció.
Nuestro amor llegó a un punto que no podía vivir sin ella.
Pero era un amor prohibido, mis padres no la aceptaron,
me expulsaron del colegio y empezamos a encontrarnos a escondidas,
pero no aguantaba más,
me volví loco porque yo la quería y no la tenía.
Yo no podía permitir que me apartaran de ella.
Destrocé mi moto, rompí todo dentro de mi casa y casi mato a mi hermana.
Estaba loco, la necesitaba.
Hoy tengo 20 años y estoy internado en un centro,
voy a morir abandonado por mis padres, mis amigos y por ella
¿Su nombre? Cocaína.
A ella debo mi amor, mi vida, mi destrucción y mi muerte.

EL DOLOR TIENE NOMBRE DE MUJER

¡Recibí flores hoy!

No es mi cumpleaños o ningún otro
día especial; tuvimos nuestro primer
disgusto anoche y él dijo muchas
cosas crueles que en verdad me
ofendieron.
Pero sé que está arrepentido y no las
dijo en serio, porque él
me mandó flores hoy.

No es nuestro aniversario o ningún otro
día especial; anoche me lanzó contra la
pared y empezó a ahorcarme.
Parecía una pesadilla, pero de las
pesadillas despiertas y sabes que no es
real; me levanté esta mañana dolorida y
con golpes en todos lados.
Pero yo sé que está arrepentido porque él
me mandó flores hoy.

Y no es día de San Valentín o ningún
otro día especial; anoche me golpeó y
amenazó con matarme; ni el maquillaje o
las mangas largas podían esconder las
cortadas y golpes que me ocasionó esta
vez. No pude ir al trabajo hoy, porque no
quería que se dieran cuenta.
Pero yo sé que está arrepentido porque él
me mandó flores hoy.

Y no era el día de las madres o ningún
otro días; anoche el me volvió a golpear,
pera esta vez fue mucho peor. Si logro
dejarlo ¿Qué voy a hacer? ¿Cómo podría yo
sola sacar adelante a los niños? ¿Qué
pasará si nos falta el dinero? ¡Le tengo
tanto miedo! pero dependo tanto de él
que temo dejarlo.
Pero yo sé que está arrepentido porque él
me mandó flores hoy.

Hoy es un día muy especial:
Es el día de mi funeral.
Anoche por fin logró matarme.
Me golpeó hasta morir.
Si por lo menos hubiera tenido el valor y
la fortaleza de dejarlo…
Si hubiera aceptado la ayuda
profesional… ¡Hoy no hubiera
recibido flores…!

¡¡POR UNA VIDA SIN VIOLENCIA!!

MENSAJE DE UNA HIJA

Fui a una fiesta y me acordé de lo que me dijiste,
me
pediste
que no bebiera alcohol. Por eso, bebí una Sprite.
Sentí
orgullo
de mí misma, tal como me dijiste que sentiría.
Dijiste
que
no debería beber y conducir, al contrario de lo
qu
algunoa
amigos me dijeron. Hice una elección saludable y
tu
consejo
fue
correcto,
como todos los que me das siempre.
Cuando la fiesta finalmente acabó, la gente
empezó
a
conducir sin estar en condiciones de hacerlo. Fui
hasta
mi
coche
con la
certeza de que volvería a casa en paz. Nunca me
imaginé
loque me esperaba, mamá.
Ahora estoy tirada en la calle y oigo a un policía
decir
“El
chico que provocó este accidente iba borracho”.
Mamá,
su
voz
parece tan distante. Mi sangre
está derramada por todos
lados
y estoy intentando con todas mis fuerzas no
llorar. Puedo oir a
los médicos decir: “Esta chica va a morir”. Tengo
la
certeza
de
que el joven, que conducía a toda velocidad,
decidió
beber y
conducir. Y ahora yo tengo que morir.
¿Por qué las personas hacen esto, mamá? Sabiendo
que
esto
va
a
arruinar muchas vidas. El dolor me está cortando
como
un
centenar de cuchillos afilados.
Dile a mi hermana que no
llore;
dile a papá
que sea fuerte. Y, cuando vaya al cielo, estaré
velando por todos ustedes. Alguien debería haberle
enseñado
a
aquel chico que está mal beber y conducir. Tal vez
si
sus
padres se lo hubieran dicho, yo ahora no estaría
muriendo.
Mi respiración se está debilitando, cada vez más.
Mamá, estos
son mis últimos momentos y me siento tan
desesperada. Me gustaría que me pudieras abrazar
mamá,
mientras estoy tirada aquí muriendo. Me gustaría
poder
decirte
lo mucho que te
quiero, mamá. Por eso…Te quiero… y …
adiós.

Nieves, Lourdes y Emilia.

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