En los día 11 al 18 de enero , los alumnos de 1º de bachillerato científico-técnico viajaron a Londres.
Todo ocurrió a mediados del primer trimestre, nuestra tutora y profesora de inglés, Mª de Gracia, llegó con una gran noticia, nos proponía una excursión de una semana a Londres, era una “excursión”, ya que realmente íbamos a estudiar.
No todos mis compañeros decidieron ir, solo unos pocos nos decidimos. El tiempo pasaba y el gran día de nuestro viaje se acercaba.
Salimos el día 11 de enero sobre las 6 de la tarde, más o menos y temíamos que el mal tiempo nos obligara a aplazar el viaje. Pero no fue así y finalmente pusimos rumbo a Londres.
Una vez allí, en Peterborough, el tiempo empezó a correr muy, muy deprisa ya que ni mis compañeros ni yo queríamos volver. El primer día llegamos bastante cansados por el viaje y fuimos cada grupo con sus respectivas familias de acogida. Las conocimos un poco y nos fuimos a dormir. El segundo día, ya descansados, todo fue mejor. Nos enseñaron el colegio y nos presentaron a nuestros profesores. A los despistados le volvieron a explicar el camino de vuelta a casa. Y comenzaron las clases.
En los días siguientes tuvimos clases por la mañana, eran clases muy diferentes ya que resultaban bastante entretenidas y originales, y por la tarde visitamos diferentes lugares, como la catedral del pueblo donde estuvimos, Peterborough, su museo, sus calles, su estación y su bolera…Todo el pueblo enterito. Ya casi sabíamos ir solos a todos los lugares de aquel especial y fantástico pueblo. No hace falta ni decir que era, sin lugar a dudas, precioso.
Otro día visitamos una de las universidades más famosas, la universidad de Cambridge, y un pequeño pueblo llamado Stamford. Fueron lugares muy agradables y entretenidos a la vez ya que cada rincón guardaba su historia.
El día que fuimos a Londres fue el mejor de todos. Visitamos montones y montones de lugares, algunos muy conocidos, como el palacio de Buckingham, el reloj del Big Ben, el río Támesis, incluso cierta noria, the London Eye, todos ellos lugares emblemáticos. Allí en Londres, cada sensación era única. Luego solo puedes recordar esa realidad en fotos o en la pantalla de ordenador.
Qué más podría decir, si todo es poco para recomendaros que hagáis este viaje del que nadie puede jamás arrepentirse. Yo espero volver algún día…
Álvaro Pizarro Miranda, 1º BCT
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