Santi, de 2º de ESO B, ha puesto su imaginación a trabajar y ha elaborado una alternativa a la obra La Metamorfosis, de Franz Kafka. ¡Nada que ver con la original! ;-) ¡Espero que os guste!
LA METAMORFOSIS
Cuando Gregor Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto. Estaba tumbado sobre su espalda dura, y en forma de caparazón y, al levantar un poco la cabeza veía un vientre abombado, parduzco, dividido por partes duras en forma de arco, sobre cuya protuberancia apenas podía mantenerse el cobertor, a punto ya de resbalar al suelo. Sus muchas patas, ridículamente pequeñas en comparación con el resto de su tamaño, le vibraban desamparadas ante los ojos.
“¿Qué me ha ocurrido?”, pensó.
No era un sueño. Su habitación, una auténtica habitación humana, si bien algo pequeña, permanecía tranquila entre las cuatro paredes harto conocidas. Gregor era un escarabajo muy pequeño y con un gran cuerno. Se había convertido en un enano, en comparación de su tamaño original...
...Lo que Gregor Samsa recordó después es que el día antes a su extraña metamorfosis había ocurrido un escape, aparentemente de vapor de agua, en la sala central de la central nuclear de las afuera de la ciudad. En ese momento él se encontraba allí con su hermano mayor trabajando en los niveles de agua de la caldera, ya que él y su hermano eran los jefes de la sala central.
El pequeño escarabajo se preguntaba si su hermano se habría convertido también en un insecto, miró a su alrededor, era muchísimo más grande en comparación con él, solo para alcanzar la puerta tardó varios segundos. Se escurrió por debajo de ella para alcanzar el pasillo se dirigió a la habitación de su hermano. La casa de Gregor era algo grande, tenía una pequeña escalera con la que subir al segundo piso que era donde se encontraban los dormitorios y el cuarto de baño; en el primer piso estaba el salón, la cocina y un pasillo al lado de la escalera que llevaba al jardín, este tenía el césped algo seco debido a que era verano.
Cuando llegó al cuarto de su hermano, se encontró con una terrible y horrorosa araña; no vio a su hermano pero la monstruosidad lo vio a él, Gregor atemorizado huyó de allí al instante, aún siendo perseguido por la araña.
Se tiró por el hueco de la escalera hacia la puerta de la calle, una vez fuera de la casa pensó “por fin estoy a salvo”, equivocadamente, por que el peligro no acababa de terminar, por la acera discurrían decenas de personas, vio acercarse un perro de color pálido. Se agarró a su cola para escapar de las pisotadas de las personas, le perro se dirigió, casualmente, hacia un bar de las afueras.
El bar quedaba cerca de la central nuclear, allí dos hombres, uno calvo y el otro con una cara parecida a un pez, conversaban sobre lo ocurrido el día anterior:
“¿Te has enterado de que hubo un escape ayer?”, dijo el calvo.
“¡Como no enterarme, se armó un gran revuelo en la central; también se rumorea que fue un escape de vapor de la caldera!”, dijo como si la anterior pregunta hubiera sido una estupidez formularla.
“Si pero creo que en realidad fue gases producido de los residuos tóxicos. Y lo más grave es que también desaparecieron dos hombres, creo que se trata de Gregor y de Juan, que todavía andan desaparecidos.”
Gregor se extrañó que aquellos hombres estuvieran hablando de ellos, y de que todavía no hubieran encontrado a su hermano. Asustado, pensó que la araña del cuarto de su hermano podría ser su hermano.
Notó que el perro empezaba a moverse hacia la puerta, entonces se acercó al perro para irse de allí, el perro se acercaba a la entrada de la central nuclear, donde el guardia lo echó de una patada. Gregor se soltó justo a tiempo y se fue corriendo hacia la entrada, para pasar hacia dentro de la central nuclear, tuvo que esquivar los pisotones que le querían propinar la plantilla de la central. Entró de casualidad en la sala central, era allí donde ocurrió el suceso del día anterior. Todavía quedaban resto de un extraño gas, eso le confirmó que lo que respiró el día anterior no fue vapor y que su hermano podría estar en peligro, cruzó la sala y se encontró con una enfermería improvisada para atender a los afectados, allí le suministraba un extraño y gelatinoso antídoto en contra del gas radiactivo. Cogió un pequeño frasco del espeso líquido, lo quería para
dárselo a su hermano y también para tomárselo él. En un primer instante pensó en tomárselo allí pero si funcionaba todo el mundo quedaría extrañado, por eso se lo puso en el caparazón
De pronto las enfermeras gritaron al ver al escarabajo que visto desde arriba parecía una vulgar cucaracha. De pronto Gregor empezó una frenética carrera hasta la salida. Corrió rápidamente se encontró un gato naranja al que se subió para irse a su casa. Él gato se fue en otra dirección, pero vió un chico con el pelo castaño que iba en monopatín, él cual se le resistía un poco; el pequeño escarabajo aprovechó la poca experiencia del niño para subir al monopatín.
Para su suerte, el joven se paró cerca de la esquina de la calle donde estaba la vivienda de Gregor. De un modo bastante patoso el insecto saltó hacia la calzada y se fue hacia su casa.
Una vez dentro, él intentó subir las escaleras inútilmente, cuando se encontró a Krispi, el york terrier de su hermano. El can, al parecer, lo reconoció y le ayudó a subir los altos escalones.
Una vez en el segundo piso, Krispi se fue a su cajoncito de mimbre sobre el cual solía dormirse tranquilamente, casi como un bebé.
Gregor se fue hacia el cuarto de su hermano, entró ¡y de pronto!...nada. La araña no estaba por allí o eso era lo que veía. Se acercó al centro de la habitación, entonces, escuchó un pequeño ruido; el mismo ruido que haría un espía o un ninja bajando por una cuerda. La araña estaba detrás suya, inmediatamente se apresuró a dejar caer el bote con el antídoto y desaparecer de allí ocultándose debajo del escritorio de su hermano. Consiguió que la araña se bebiera casi todo el charco con el extraño antídoto, pero el resultado no fue el deseado, la araña murió. Gregor pensaba con tristeza:
“¿Como he podido matar a mi hermano…?”.
Después, se dio cuenta de que un escarabajo se le había acercado y, a su sorpresa, también se puso a beber el extraño líquido. De repente Gregor sintió que aquel escarabajo era su hermano transformado, y por ello también se puso a beber el antídoto. Se mareó repentinamente y perdió la consciencia.
El siguiente día fue un día corriente, Gregor y Juan volvieron a su trabajo, sus compañeros se alegraron de volver a verlos de nuevo. También se enteraron de que el culpable del escape fue el ayudante de Gregor, el señor Fernán, que quería conseguir el puesto de Gregor. Fernán tuvo que ir a la cárcel por intento de asesinato, también se le acusó de rapto, pero no hubo pruebas y se le absolvió.
Todo fue normal para siempre. Salvo que Krispín se escapó de casa.
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