Cuando Erika se despertó no recordaba bien el sueño que había tenido, lo recordaba borrosamente, pero la sensación del sueño era muy agradable. Ella no lograba recordarlo, pero creía que eran cosas que se imaginaba que en la vida le iban a ocurrir.
A la mañana siguiente tampoco podía poner en pie lo que había soñado, su corazón le decía, como la noche anterior, que lo que había soñado era algo muy agradable. Ella estaba muy nerviosa por lo que le había ocurrido las noches anteriores, lo había mantenido en silencio hasta que no aguantaba más y se lo contó a su madre, la madre le dijo que eso no tenía importancia y ella le dijo que sí, que eran dos días seguidos con el mismo sueño y su corazón le decía algo.
Ella pensó: - Voy a dejar esta noche para ver lo que ocurre, y ya mañana, si no me acuerdo del sueño, tomaré las medidas correspondientes. Después le dijo a su madre que de lo que se acordaba era algo muy, pero que muy importante para continuar viviendo su vida.
A Erika le habían dicho millones de veces que si ha tenido un sueño muy triste, o que no sea de su agrado, que lo contara, y si a ella le gustaba mucho y quería que se le hiciera realidad, pues que no lo contara. Al cabo de un rato le preguntó la madre de Erika:- ¿Te acuerdas del sueño?, y ella le dijo:-Sí, pero es una cosa tan importante para mí que no lo puedo contar, porque si no, no se me hace realidad.
Al día siguiente, 1 de abril era una mañana soleada y calurosa. Erika pensó que era el día perfecto para que su sueño se hiciera realidad.Sonó en el timbre de su casa y su madre fue la que abrió la puerta. Era un hombre que traía un ramo de flores con una carta que ponía:
Para Erika: Soy tu principe azul con el que estos días atrás has soñado y que era imposible para tí recordarlo. Con esta simple carta y ramo de flores me declaro: ¿Quieres ser mi esposa?.
Cuando Erika leyó esa carta se quedó con la boca abierta y le dijo: - Mamá, ¿lo ves?, por eso no quería contarte mi sueño, porque sabía que si te lo contaba no se me iba a cumplir. Mamá, no te imaginas quien es, es Pedro.
Erika estaba tan emocionada que lo llamó. Se casaron y vivieron felices toda la vida.
Escrito por Mª José Montero Salgado. 1º ESO D
A la mañana siguiente tampoco podía poner en pie lo que había soñado, su corazón le decía, como la noche anterior, que lo que había soñado era algo muy agradable. Ella estaba muy nerviosa por lo que le había ocurrido las noches anteriores, lo había mantenido en silencio hasta que no aguantaba más y se lo contó a su madre, la madre le dijo que eso no tenía importancia y ella le dijo que sí, que eran dos días seguidos con el mismo sueño y su corazón le decía algo.
Ella pensó: - Voy a dejar esta noche para ver lo que ocurre, y ya mañana, si no me acuerdo del sueño, tomaré las medidas correspondientes. Después le dijo a su madre que de lo que se acordaba era algo muy, pero que muy importante para continuar viviendo su vida.
A Erika le habían dicho millones de veces que si ha tenido un sueño muy triste, o que no sea de su agrado, que lo contara, y si a ella le gustaba mucho y quería que se le hiciera realidad, pues que no lo contara. Al cabo de un rato le preguntó la madre de Erika:- ¿Te acuerdas del sueño?, y ella le dijo:-Sí, pero es una cosa tan importante para mí que no lo puedo contar, porque si no, no se me hace realidad.
Al día siguiente, 1 de abril era una mañana soleada y calurosa. Erika pensó que era el día perfecto para que su sueño se hiciera realidad.Sonó en el timbre de su casa y su madre fue la que abrió la puerta. Era un hombre que traía un ramo de flores con una carta que ponía:
Para Erika: Soy tu principe azul con el que estos días atrás has soñado y que era imposible para tí recordarlo. Con esta simple carta y ramo de flores me declaro: ¿Quieres ser mi esposa?.
Cuando Erika leyó esa carta se quedó con la boca abierta y le dijo: - Mamá, ¿lo ves?, por eso no quería contarte mi sueño, porque sabía que si te lo contaba no se me iba a cumplir. Mamá, no te imaginas quien es, es Pedro.
Erika estaba tan emocionada que lo llamó. Se casaron y vivieron felices toda la vida.
Escrito por Mª José Montero Salgado. 1º ESO D
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