sábado, 4 de abril de 2009

GRACIAS A MIS PROFESORES

Monumento al maestro, Parque del Alamillo (Sevilla)


Nunca debe de ser mala la idea que se puede llegar a crear sobre qué es un profesor.
Ellos son personas como nosotros, los alumnos, que, si ponemos de nuestra parte, igual que ellos, llegaremos a conocer a un amigo y no a una persona recta y firme que solo sirve para suspendernos y llevarnos por la calle de la amargura con los exámenes. Porque nada de eso es cierto.
Hay que apreciar la figura del profesor por su labor, gracias a la cual hoy sabemos leer, escribir, contar...

Voy a contar mi pequeña experiencia con aquellas personas que se llaman “maestros o profesores” y que me han ayudado a comprender muchas cosas durante toda mi vida.

Tenía 12 ó 13 años y un mundo se abría para conocer gente y hacer nuevos amigos. En aquel colegio de Primaria dejé buenos recuerdos y, por qué no decirlo, a buenos maestros. Y es que en aquel colegio de Primaria había maestros que me vieron crecer desde los 7 años.
Me enseñaron valores y comportamientos para saber estar en un aula con personas como yo.
De aquellos 6 años de Primaria recuerdo a todos mis maestros y con el tiempo me he dado cuenta que ellos tampoco se han olvidado a mí.
Fueron pocos los que me dieron clase pero reconozco que son grandes personas. Normal que me acuerde con tristeza de aquellos años que no se volverán a vivir…

Bueno vuelvo a retomar mi primer día de instituto, en el que más que un día de clase, como yo conocía, se convirtió en un día de cambios en mi nueva vida.
Lo que más temía era el gran cambio a conocer gente y sobre todo a tratar todos los días con 6 profesores diferentes. Hoy me río de aquello, es un poco tonto, pero cuando eres pequeño y todo son cambios, todo te asusta, sobre todo los nuevos cambios.
Lo primero que se me pasó por la cabeza era que aquellas personas no podrían parecerse en nada a mis maestros, creí que nos tratarían como a mayores y no nos ayudarían en nada. Gran fallo cometí. Nada es como te lo cuentan desde fuera y sin saber.

Mi primer curso en la ESO como es natural fue duro, no por como era tratada sino por las circunstancias de cambio. Aunque no fue todo tan duro como he mencionado, la adaptación al centro duró un par de meses y no sería tan mala la experiencia que aún continuo aquí después de seis años.
No todo son malas experiencias ni nada por el estilo, es más ahora hablaré de eso que tanto respeto nos daba a todos: los profesores nuevos que jamás habíamos visto ni sabíamos como podrían ser.
Cada uno se dedicaba a impartir su asignatura… ¡Qué locura! No había quien los entendiera cuando explicaban, pero ellos continuaban explicando y si no nos enterábamos, que era lo normal, hacían lo posible por apoyarnos y animarnos a seguir, sin que perdiéramos las esperanzas por dejar de lado los estudios por no poder.
Sus años de experiencia les hacían saber, casi en cada momento, cómo tratarnos para mejorar nuestra adaptación y poder empezar a formarnos como estudiantes que éramos de secundaria ya.
El curso terminó y yo pasé al siguiente. Pero antes he de decir que puede que no haya vuelto a ver algunas de aquellas personas, pero siempre las recordaré por la ayuda que me prestaron. Imposible olvidar a personas que te hacen sentir bien en un nuevo entorno.

Segundo año, sobre los 14 años tendría ya, comenzó otra vez la adaptación a nuevos profesores y nuevos compañeros de clase.
Creo que uno o dos profesores me conocían del año anterior…ufff... ¡Que difícil volvían a ponerse las cosas! Pero como de todo podemos aprender, gracias a estos cambios continuos, años tras año, hoy no veo novedades en empezar un nuevo curso y ver que no conozco a mis profesores. Porque sé que de ellos aprenderé igual que con los demás.
Solo voy a destacar a una profesora que me estuvo dando clases durante 4 años seguidos y que recuerdo con cariño .Perdonen profesores por no nombrarlos durante mi relato, no quiero quitar mérito a ninguno, ni desprestigiar vuestro trabajo. Pero esta profesora la conocí cuando entré en el centro y me acompañó hasta cuarto de la ESO. Me enseñaba aquello a lo que llamaban Tecnología. La gran desconocida para todo el que viene de Primaria y empieza esta nueva asignatura en Secundaria.
Yo, como todos mis compañeros, con miedo empecé a estudiar esta asignatura en primero.
Puede que si no llega a ser por aquella profesora hoy día no me hubieran interesado tanto los temas tecnológicos y ni quisiera continuar mis estudios en esta materia y sus ramas.
Por último, solo hacer un pequeño resumen de mi paso por Bachillerato. Tenía mucho respeto a esa nueva etapa de mi enseñanza. Muchos esfuerzos, desilusiones y trabajo, sobre todo, los que he hecho y tenido durante estos dos años. Pero siempre he recibido comentarios de apoyo y ánimos por parte de mis profesores, por ello les doy las gracias y solo quiero decir que siempre me acordaré de ellos, aunque algunos seguro que no los volveré a ver...
Con estas palabras quiero animar a los alumnos a que se dejen ayudar por sus profesores y a los profesores darles las gracias por el apoyo que siempre me han dado.



Lorena Gallego Camacho, 2º BCT


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