Nos dimos un buen baño de arte, cultura, historia y religiosidad... todo en un uno se nos presentaba de manera casi mágica y nos conquistaba paso a paso, peldaño a peldaño, calle a calle, reconstruyendo de nuevo en nosotros lo que nuestros antepasados vivieron y crearon. Por ello, estamos convencidos que el diálogo intergeneracional es posible, siempre que éste se base en experiencias auténticas y de sentido... El testimonio de tantas personas que lo hicieron posible, en su mayoría anónimas, nos transportaba a un mundo vivo en el recuerdo del que el nuestro es en gran parte deudor. Capitanes, marineros, mendigos, artistas, arquitectos, canónigos, nobles, artesanos, canteros y un sinfin de personajes se dieron cita para susurrarnos algunos secretos que difícilmente se pueden ahora contar... (Juan Manuel Rodríguez)
El viernes día 7 de Marzo, el curso de 2º de Bachillerato realizamos una excursión a Sevilla para ver algunos de los monumentos y lugares más emblemáticos y bonitos de esta ciudad.
Cuando llegamos a la capital andaluza, el primer lugar que visitamos fue el barrio de Santa Cruz recorriendo sus calles estrechas y angostas pero llenas de historia. Este barrio, residencia de judíos en época de Fernando III de Castilla, es todo magia, ya que cuando paseas por él parece haber vuelto la Edad Media a Sevilla. Tras esto perseguimos nuestro camino, paseando por los alrededores de la Catedral y parándonos a observar y conocer (algo más) las esculturas que allí se encuentran. Después de estas “miniclases” improvisadas de arte, continuamos con la visita al Archivo General de Indias, en el que pudimos ver algunos de los documentos que han marcado nuestra historia, como el Tratado de Tordesillas, así como maquetas de barcos que viajaban a las Américas en época de los Reyes Católicos. Antes de dar por concluida esta excursión, era necesario visitar la impresionante y majestuosa Catedral de Sevilla. Esta Catedral de Santa María de la Sede de Sevilla está considerada como la catedral gótica con mayor superficie del mundo, y en la cual podemos encontrar la tumba en la que perduran parte de los restos de Colón. Ya dentro, subimos hasta lo más alto de la Giralda, pudiendo contemplar toda Sevilla a nuestros pies, aunque claro antes tienes que subir 35 rampas y 17 escalones finales. En fin, todo esfuerzo tiene su recompensa. Por último visitamos el Patio de los Naranjos, que con el día primaveral que disfrutamos, tuvimos la oportunidad de ver y sentir su esplendor.
Esta excursión, la cual mezcló cultura, disfrute y buen rollo (al que colaboraron los profesores, claro está), es una excelente forma de aprender sobre una ciudad que estando tan cerca, quizás no conocemos culturalmente como deberíamos.
Eduardo Fernández González de 2º BCT
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