Y, DE REPENTE, OCURRE: ALGO SE ACCIONA. ES OLVIDARTE DE TODO Y GRITAR, GRITAR AL INFINITO.
Las personas tenemos tentación a equivocarnos; pero, como bien dicen, de los errores se aprende, ¿no? La protagonista de nuestra historia supo bien el significado de ese mito.
Bella, una chica normal, estudiosa, con futuro, y muy guapa. Borja, un chico guapo, listo, y el típico chico famoso de todo instituto al que toda niña desea. Bella, como todas en la vida, se enamoró; no supo cómo, pero sucedió. Verlo todos los días, saber que sería el chico perfecto para ella, y pensar que nunca llegaría a serlo... Un día, que debería ser normal, uno más para la rutina del día a día, ese día fue especial. Borja se paró a hablar con ella; decidió acercarse, preguntar, conocerla mejor. Como era de esperar, ella a todo sonreía, no podía hacer otra cosa, sólo pensaba que era un sueño que nunca creyó ver cumplido. Pero ahí estaba, hablándole, conversando con ella, con una chica normal. Como era de esperar, salieron juntos un día especial para ellos, 20-10-2010. Fueron los mejores meses de su vida, pero no tanto para él. Borja no era ese tipo de chicos; a él le gustaba vivir, salir con sus amigos sin dar explicaciones a nadie. Bella no era lo suficiente para él. Borja se equivocaba, era la chica perfecta para él, la que le cuidaría siempre, pasara lo que pasara. Bella lloraba desconsolada mientras que Borja salía de paseo con sus amigos. Amalia, la mejor amiga de Bella, la consolaba, sólo intentaba ayudarla.
Amalia: No te lamentes, no sufras, no por él, no por esa persona que mientras tú lloras, ríe.
Bella: ¡Pero no puedo!
Amalia: Olvídale.
Bella: Créeme: si pudiera, lo hubiera hecho.
Amalia: Sigue intentándolo, pero no te arrastres por él. Es que no se merece nada, no se merece que lo quieras, no se merece que lo odies, no se merece que sientas lo más mínimo por él, no se merece que te preocupes por cómo está. No se merece nada, porque lo único que hace él es ignorar, ni siquiera sabe afrontar los hechos y hablarte. No hace el mínimo esfuerzo por nada que tenga que ver contigo.
Bella: Lo sé.
Amalia: Pues ya está, pero, por favor, no estés mal, vive la vida... como si cada día fuera el último. Disfruta de cada cosa que hagas, conoce a toda la gente que puedas. Sonríe tantas veces en el día como las que pestañeas. Y... hazme un favor...
Bella: Dime...
Amalia: Si lloras... que sea de alegría.
Amalia intentaba consolar a Bella. Ella lo sabía, sabía que no sería fácil olvidar, pero así fue. Un día en el que Bella estaba feliz, nada podría hacer que estuviera mal. Nada excepto él. Borja se acercó a Bella intentando hablar con ella, intentando pedir perdón, pero Bella ya había aprendido de errores. Ese día le dijo algo que siempre quiso decirle.
Bella: Después de todo lo que cuesta confiar en una persona, darle de todo y recibir de nada.
Después de todo lo que cuesta decir “te quiero”.
Después de todo lo que cuesta compartir tu vida.
Después de todo lo que cuesta dejar cosas atrás, por sólo una persona.
Todo cuesta, sí, todo, y además muchísimo.
Cuesta creer cómo la persona que más quieres en este mundo, te engaña día a día... Cuesta creer que todos esos te quieros eran inventados.
Cuesta creer que tienes una persona compartida.
Cómo una persona puede aferrarse a sí misma, cómo una persona puede engañar a otra después de todo lo sucedido, bastantes cosas diría yo.
La cagaste, mi amor, la cagaste.
Borja se quedó sin palabras, porque sabía que se había equivocado, que podría haber tenido todo lo que quisiera, podría estar con sus amigos y estar con la persona que le ha querido siempre. Borja quiso hablar, intentar comprenderla.
Borja: ¡Pero si yo te...!
Bella: No vuelvas a decir que me quieres. ¿Sabes? Olvídalo todo, olvídate de que existo, haz como si nunca me hubieras conocido. Yo haré lo mismo.
Bella llegó a la conclusión de que lo único que debía hacer era seguir su vida, sin pararse por nada ni por nadie. Luego, al ratito, caminar y colocarse en su lugar, que ya en los demás pensó bastante.
ANA FERRUSOLA VIDRUERA
3º ESO A
Las personas tenemos tentación a equivocarnos; pero, como bien dicen, de los errores se aprende, ¿no? La protagonista de nuestra historia supo bien el significado de ese mito.
Bella, una chica normal, estudiosa, con futuro, y muy guapa. Borja, un chico guapo, listo, y el típico chico famoso de todo instituto al que toda niña desea. Bella, como todas en la vida, se enamoró; no supo cómo, pero sucedió. Verlo todos los días, saber que sería el chico perfecto para ella, y pensar que nunca llegaría a serlo... Un día, que debería ser normal, uno más para la rutina del día a día, ese día fue especial. Borja se paró a hablar con ella; decidió acercarse, preguntar, conocerla mejor. Como era de esperar, ella a todo sonreía, no podía hacer otra cosa, sólo pensaba que era un sueño que nunca creyó ver cumplido. Pero ahí estaba, hablándole, conversando con ella, con una chica normal. Como era de esperar, salieron juntos un día especial para ellos, 20-10-2010. Fueron los mejores meses de su vida, pero no tanto para él. Borja no era ese tipo de chicos; a él le gustaba vivir, salir con sus amigos sin dar explicaciones a nadie. Bella no era lo suficiente para él. Borja se equivocaba, era la chica perfecta para él, la que le cuidaría siempre, pasara lo que pasara. Bella lloraba desconsolada mientras que Borja salía de paseo con sus amigos. Amalia, la mejor amiga de Bella, la consolaba, sólo intentaba ayudarla.
Amalia: No te lamentes, no sufras, no por él, no por esa persona que mientras tú lloras, ríe.
Bella: ¡Pero no puedo!
Amalia: Olvídale.
Bella: Créeme: si pudiera, lo hubiera hecho.
Amalia: Sigue intentándolo, pero no te arrastres por él. Es que no se merece nada, no se merece que lo quieras, no se merece que lo odies, no se merece que sientas lo más mínimo por él, no se merece que te preocupes por cómo está. No se merece nada, porque lo único que hace él es ignorar, ni siquiera sabe afrontar los hechos y hablarte. No hace el mínimo esfuerzo por nada que tenga que ver contigo.
Bella: Lo sé.
Amalia: Pues ya está, pero, por favor, no estés mal, vive la vida... como si cada día fuera el último. Disfruta de cada cosa que hagas, conoce a toda la gente que puedas. Sonríe tantas veces en el día como las que pestañeas. Y... hazme un favor...
Bella: Dime...
Amalia: Si lloras... que sea de alegría.
Amalia intentaba consolar a Bella. Ella lo sabía, sabía que no sería fácil olvidar, pero así fue. Un día en el que Bella estaba feliz, nada podría hacer que estuviera mal. Nada excepto él. Borja se acercó a Bella intentando hablar con ella, intentando pedir perdón, pero Bella ya había aprendido de errores. Ese día le dijo algo que siempre quiso decirle.
Bella: Después de todo lo que cuesta confiar en una persona, darle de todo y recibir de nada.
Después de todo lo que cuesta decir “te quiero”.
Después de todo lo que cuesta compartir tu vida.
Después de todo lo que cuesta dejar cosas atrás, por sólo una persona.
Todo cuesta, sí, todo, y además muchísimo.
Cuesta creer cómo la persona que más quieres en este mundo, te engaña día a día... Cuesta creer que todos esos te quieros eran inventados.
Cuesta creer que tienes una persona compartida.
Cómo una persona puede aferrarse a sí misma, cómo una persona puede engañar a otra después de todo lo sucedido, bastantes cosas diría yo.
La cagaste, mi amor, la cagaste.
Borja se quedó sin palabras, porque sabía que se había equivocado, que podría haber tenido todo lo que quisiera, podría estar con sus amigos y estar con la persona que le ha querido siempre. Borja quiso hablar, intentar comprenderla.
Borja: ¡Pero si yo te...!
Bella: No vuelvas a decir que me quieres. ¿Sabes? Olvídalo todo, olvídate de que existo, haz como si nunca me hubieras conocido. Yo haré lo mismo.
Bella llegó a la conclusión de que lo único que debía hacer era seguir su vida, sin pararse por nada ni por nadie. Luego, al ratito, caminar y colocarse en su lugar, que ya en los demás pensó bastante.
ANA FERRUSOLA VIDRUERA
3º ESO A
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